Diferencia entre revisiones de «Ana Sedeño López»

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Ana Sedeño fue conocida con el mote de Ana "seño", debido a un diminutivo de su apellido, mote que también se le aplicó a su hija [[Lola Serrano Sedeño |Lola]], comadrona igual que ella.
 
Ana Sedeño fue conocida con el mote de Ana "seño", debido a un diminutivo de su apellido, mote que también se le aplicó a su hija [[Lola Serrano Sedeño |Lola]], comadrona igual que ella.
  
La madre de Ana procedía de la provincia de Málaga y falleció joven. Al quedar huérfana, siendo niña, Ana es criada por unos tíos, situación muy corriente en la época dada la elevada mortandad entre las personas jóvenes.
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La madre de Ana procedía de la provincia de Málaga y falleció joven. Al quedar huérfana, siendo niña, Ana fue criada por unos tíos, situación muy corriente en la época dada la elevada mortandad entre las personas jóvenes.
  
 
Ana Sedeño se casó con Antonio Serrano Cabezas, que era arriero. Antonio se dedicó principalmente al transporte de carbón, material utilizado en todos los hogares como combustible y por lo tanto imprescindible en la época; el transporte se realizaba directamente desde las zonas rurales en las que los carboneros construían los hornos de carbón.  
 
Ana Sedeño se casó con Antonio Serrano Cabezas, que era arriero. Antonio se dedicó principalmente al transporte de carbón, material utilizado en todos los hogares como combustible y por lo tanto imprescindible en la época; el transporte se realizaba directamente desde las zonas rurales en las que los carboneros construían los hornos de carbón.  
 
El matrimonio llegó a concebir 21 hijos, de los cuales solo 10 sobrevivirían a la infancia.  
 
El matrimonio llegó a concebir 21 hijos, de los cuales solo 10 sobrevivirían a la infancia.  
  
Ana tenía un carácter alegre y una gran fortaleza de espíritu. Ello ayudó a superar los duros golpes que se encontró a lo largo de su vida, especialmente las muertes de algunos de sus hijos, como Carlos, que murió envenenado junto a otros ocho niños por ingestión de una planta venenosa silvestre en el año 1911. Antonio falleció en 1921 en el desastre de Annual mientras realizaba el servicio militar, cuando aún no contaba veinte años de edad; fue dado por desaparecido y nunca se recibió confirmación oficial de los detalles de la muerte. Su hija María murió de parto sin que le fuera posible recibir la atención de su madre.
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Ana tenía un carácter alegre y una gran fortaleza de espíritu. Ello ayudó a superar los duros golpes que se encontró a lo largo de su vida, especialmente las muertes de algunos de sus hijos, como Carlos, que junto a otros niños murió envenenado por ingestión de una planta venenosa silvestre, esto sucedió en el año 1911. Antonio falleció en 1921 en el desastre de Annual mientras realizaba el servicio militar, cuando aún no contaba veinte años de edad; fue dado por desaparecido y nunca se recibió confirmación oficial de los detalles de la muerte. Su hija María murió de parto sin que le fuera posible recibir la atención de su madre.
  
 
Antonio Serrano Cabezas murió en el año 1919 cuando Ana contaba 48 años y teniendo aún varios hijos a su cargo.
 
Antonio Serrano Cabezas murió en el año 1919 cuando Ana contaba 48 años y teniendo aún varios hijos a su cargo.
  
A pesar de las tragedias Ana no perdió sus ganas de vivir ni sus inquietudes y educó a sus hijos en esas mismas premisas. Uno de sus hijos, Adolfo, que comenzó como calafate en el Puerto de Tarifa, se estableció en San Fernando y llegó a ser un gran empresario que según contaba su hermana Carlota realizó numerosos barcos entre los que se encontraban un yate realizado para el conocido Ruiz Mateo. Las hijas fueron educadas con esmero, realizando estudios de comadrona, magisterio o diseño en confección, además de música e instrumentos entre los que destacaron el piano y el violín. Pertenecieron a la sociedad media de su época, involucrándose en temas sociales a través de la falange.
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A pesar de las tragedias Ana no perdió sus ganas de vivir ni sus inquietudes y educó a sus hijos en esas mismas premisas. Uno de sus hijos, Adolfo, que comenzó como calafate en el Puerto de Tarifa, se estableció en San Fernando y llegó a ser un gran empresario que según contaba su hermana Carlota realizó numerosos barcos, entre los que se encontraba un yate para el conocido Ruiz Mateo. Las hijas fueron educadas con esmero, realizando estudios de comadrona, magisterio o diseño en confección, además de música e instrumentos entre los que destacaron el piano y el violín. Pertenecieron a la sociedad media de su época, involucrándose en temas sociales a través de la falange.
  
 
El hogar de Ana "Seño" era atendido por sus hijas, en especial por Carlota, la más pequeña, que atendió tanto a su madre como posteriormente a su hermana Lola, ella era la que llevaba la casa en su totalidad, esta era la única manera de que sus familiares ejercieran ese oficio tan dedicado y sacrificado como era el de comadrona. Carlota fue la informante que dejó constancia de los detalles que se mencionan en este artículo.
 
El hogar de Ana "Seño" era atendido por sus hijas, en especial por Carlota, la más pequeña, que atendió tanto a su madre como posteriormente a su hermana Lola, ella era la que llevaba la casa en su totalidad, esta era la única manera de que sus familiares ejercieran ese oficio tan dedicado y sacrificado como era el de comadrona. Carlota fue la informante que dejó constancia de los detalles que se mencionan en este artículo.
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Ana murió en el año 1958, cuando contaba ochenta y siete años de edad, dejó el recuerdo de una gran simpatía y de un carácter bondadoso y comprometido.
 
Ana murió en el año 1958, cuando contaba ochenta y siete años de edad, dejó el recuerdo de una gran simpatía y de un carácter bondadoso y comprometido.
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[[Archivo:Tratado_partos_Ana_Sedeño.jpg|thumb|300px|Tratado de partos, ejemplar perteneciente al archivo de la familia Serrano.]]
  
 
==Estudios==
 
==Estudios==
 
Ana, poseía los estudios elementales de la época, pero siempre tuvo inquietudes que sobrepasaban lo establecido.
 
Ana, poseía los estudios elementales de la época, pero siempre tuvo inquietudes que sobrepasaban lo establecido.
  
Estando ya casada y con cuatro hijos decidió emprender los estudios de comadrona en Cádiz. para matricularse le exigieron un examen de ingreso que consistió en la lectura de un párrafo del quijote, la copia de un texto y su firma.
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Estando ya casada y con cuatro hijos decidió emprender los estudios de comadrona en Cádiz. para matricularse le exigieron un examen de ingreso que consistió en la lectura de un párrafo del Quijote, la copia de un texto y su firma.
  
Se trasladó a Cádiz con sus cuatro hijos para realizar los estudios en el Hospital de Mujeres. Iba embarazada de su quinta hija, Lola, que nació allí y que con los años estudiaría la misma profesión.
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Se trasladó a Cádiz con sus cuatro hijos para realizar los estudios de matrona en el Hospital de Mujeres. Iba embarazada de su quinta hija, Lola, que nació allí y que con los años estudiaría la misma profesión.
  
 
Entre los libros que utilizó Ana en sus estudios figuraba el "Manual del Practicante" del Dr. Arturo Cubells. (Anatomía. Cirugía menor. Obstetricia), publicado por el  Ministerio de instrucción Pública en la Gaceta de Madrid de 3 de Junio de 1902. Editorial Pubul (Barcelona).
 
Entre los libros que utilizó Ana en sus estudios figuraba el "Manual del Practicante" del Dr. Arturo Cubells. (Anatomía. Cirugía menor. Obstetricia), publicado por el  Ministerio de instrucción Pública en la Gaceta de Madrid de 3 de Junio de 1902. Editorial Pubul (Barcelona).
 
Otros libros utilizados fueron el "Tratado Práctico de Partos" por F.J. Moreau y  traducido por el  profesor de Medicina y  cirugía D. Fco. Alonso y  Rubio (1842) o el "Manual Práctico de Partos" del  Dr. Rapín. profesor de obstetricia en la Universidad de Lausana que contenía las materias para el examen de matronas por el R. D. de 10 Agosto de 1904 y editado por José Espasa.
 
Otros libros utilizados fueron el "Tratado Práctico de Partos" por F.J. Moreau y  traducido por el  profesor de Medicina y  cirugía D. Fco. Alonso y  Rubio (1842) o el "Manual Práctico de Partos" del  Dr. Rapín. profesor de obstetricia en la Universidad de Lausana que contenía las materias para el examen de matronas por el R. D. de 10 Agosto de 1904 y editado por José Espasa.
 
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[[Archivo:Ana_Sedeño_López.jpg|thumb|400px|Carnet de Matrona de Ana, perteneciente al archivo de la familia Serrano.]]
 
==Profesión==
 
==Profesión==
 
Ana comenzó a trabajar para el Ayuntamiento de Tarifa a la edad de 37 años, en el año 1908. Fue comadrona titular del Ayuntamiento, asalariada para dicho cargo con la función de atender en los partos a todas las mujeres de Tarifa y de su campiña. Cuando se jubiló continuó su hija Lola y entre madre e hija estuvieron parteando desde principios de siglo hasta el año 1965. Por lo tanto toda la población de Tarifa de esa época nació bajo las manos expertas de esas dos mujeres entregadas a su trabajo.
 
Ana comenzó a trabajar para el Ayuntamiento de Tarifa a la edad de 37 años, en el año 1908. Fue comadrona titular del Ayuntamiento, asalariada para dicho cargo con la función de atender en los partos a todas las mujeres de Tarifa y de su campiña. Cuando se jubiló continuó su hija Lola y entre madre e hija estuvieron parteando desde principios de siglo hasta el año 1965. Por lo tanto toda la población de Tarifa de esa época nació bajo las manos expertas de esas dos mujeres entregadas a su trabajo.
  
Las condiciones laborales de Ana eran muy duras, nunca tuvo vacaciones ni horario, ya podía ser de noche o de día Ana tenía que estar preparada para ejercer su profesión. En la campiña las condiciones llegaban a ser extremas, algunas mujeres se trasladaban al pueblo cuando se aproximaba la hora del parto, siempre que sus familias o amistades poseyeran un cuartito o una vivienda humilde en el pueblo. En la posada de Curro Ruiz ("zacero"), se llegó a habilitar más de una vez algún rincón para alguna persona allegada que se encontraba en el trance de dar a luz. Sin embargo no siempre las mujeres podían trasladarse al pueblo y en ese caso Ana tenía que dirigirse al lugar en burro o en mulo sin tener en cuenta las dificultades del camino ni la climatología y sabiendo que si el parto se prolongaba tenía que pernoctar en el lugar.
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Las condiciones laborales de Ana eran muy duras, nunca tuvo vacaciones ni horario, ya podía ser de noche o de día Ana tenía que estar preparada para ejercer su profesión. En la campiña las condiciones llegaban a ser extremas, algunas mujeres se trasladaban al pueblo cuando se aproximaba la hora del parto, siempre que sus familias o amistades poseyeran un cuartito o una vivienda humilde en el pueblo (en alguna ocasión Ana les cedía una alcoba de su casa). En la posada de [[Francisco Ruiz Téllez]] (Curro "zacero"), se llegó a habilitar más de una vez un rincón para alguna persona allegada que se encontraba en el trance de dar a luz. Sin embargo no siempre las mujeres podían trasladarse al pueblo y en ese caso Ana tenía que dirigirse al lugar en burro o en mulo sin tener en cuenta las dificultades del camino ni la climatología y sabiendo que si el parto se prolongaba tenía que pernoctar en el lugar.
  
 
Los partos difíciles era tratados conjuntamente con los diferentes médicos titulares de Tarifa como eran los doctores [[Benigno Espinosa Molina]] o [[Agustín Irigoyen y Pérez-Rendón]]
 
Los partos difíciles era tratados conjuntamente con los diferentes médicos titulares de Tarifa como eran los doctores [[Benigno Espinosa Molina]] o [[Agustín Irigoyen y Pérez-Rendón]]

Revisión actual del 17:39 27 feb 2022

Ana Sedeño López (Tarifa 1871 - Tarifa 1958) ejerció su profesión de comadrona en Tarifa. [1]

Foto de Ana perteneciente al archivo de la familia Serrano.

Vida

Ana Sedeño fue conocida con el mote de Ana "seño", debido a un diminutivo de su apellido, mote que también se le aplicó a su hija Lola, comadrona igual que ella.

La madre de Ana procedía de la provincia de Málaga y falleció joven. Al quedar huérfana, siendo niña, Ana fue criada por unos tíos, situación muy corriente en la época dada la elevada mortandad entre las personas jóvenes.

Ana Sedeño se casó con Antonio Serrano Cabezas, que era arriero. Antonio se dedicó principalmente al transporte de carbón, material utilizado en todos los hogares como combustible y por lo tanto imprescindible en la época; el transporte se realizaba directamente desde las zonas rurales en las que los carboneros construían los hornos de carbón. El matrimonio llegó a concebir 21 hijos, de los cuales solo 10 sobrevivirían a la infancia.

Ana tenía un carácter alegre y una gran fortaleza de espíritu. Ello ayudó a superar los duros golpes que se encontró a lo largo de su vida, especialmente las muertes de algunos de sus hijos, como Carlos, que junto a otros niños murió envenenado por ingestión de una planta venenosa silvestre, esto sucedió en el año 1911. Antonio falleció en 1921 en el desastre de Annual mientras realizaba el servicio militar, cuando aún no contaba veinte años de edad; fue dado por desaparecido y nunca se recibió confirmación oficial de los detalles de la muerte. Su hija María murió de parto sin que le fuera posible recibir la atención de su madre.

Antonio Serrano Cabezas murió en el año 1919 cuando Ana contaba 48 años y teniendo aún varios hijos a su cargo.

A pesar de las tragedias Ana no perdió sus ganas de vivir ni sus inquietudes y educó a sus hijos en esas mismas premisas. Uno de sus hijos, Adolfo, que comenzó como calafate en el Puerto de Tarifa, se estableció en San Fernando y llegó a ser un gran empresario que según contaba su hermana Carlota realizó numerosos barcos, entre los que se encontraba un yate para el conocido Ruiz Mateo. Las hijas fueron educadas con esmero, realizando estudios de comadrona, magisterio o diseño en confección, además de música e instrumentos entre los que destacaron el piano y el violín. Pertenecieron a la sociedad media de su época, involucrándose en temas sociales a través de la falange.

El hogar de Ana "Seño" era atendido por sus hijas, en especial por Carlota, la más pequeña, que atendió tanto a su madre como posteriormente a su hermana Lola, ella era la que llevaba la casa en su totalidad, esta era la única manera de que sus familiares ejercieran ese oficio tan dedicado y sacrificado como era el de comadrona. Carlota fue la informante que dejó constancia de los detalles que se mencionan en este artículo.

Ana era una persona muy creativa y disfrutaba con aquellas actividades artísticas que las mujeres realizaban en la época, en los escasos momentos en que su profesión se lo permitía sacaba su labor y disfrutaba de ella con la compañía de sus familiares o de sus pacientes.

Ana murió en el año 1958, cuando contaba ochenta y siete años de edad, dejó el recuerdo de una gran simpatía y de un carácter bondadoso y comprometido.

Tratado de partos, ejemplar perteneciente al archivo de la familia Serrano.

Estudios

Ana, poseía los estudios elementales de la época, pero siempre tuvo inquietudes que sobrepasaban lo establecido.

Estando ya casada y con cuatro hijos decidió emprender los estudios de comadrona en Cádiz. para matricularse le exigieron un examen de ingreso que consistió en la lectura de un párrafo del Quijote, la copia de un texto y su firma.

Se trasladó a Cádiz con sus cuatro hijos para realizar los estudios de matrona en el Hospital de Mujeres. Iba embarazada de su quinta hija, Lola, que nació allí y que con los años estudiaría la misma profesión.

Entre los libros que utilizó Ana en sus estudios figuraba el "Manual del Practicante" del Dr. Arturo Cubells. (Anatomía. Cirugía menor. Obstetricia), publicado por el Ministerio de instrucción Pública en la Gaceta de Madrid de 3 de Junio de 1902. Editorial Pubul (Barcelona). Otros libros utilizados fueron el "Tratado Práctico de Partos" por F.J. Moreau y traducido por el profesor de Medicina y cirugía D. Fco. Alonso y Rubio (1842) o el "Manual Práctico de Partos" del Dr. Rapín. profesor de obstetricia en la Universidad de Lausana que contenía las materias para el examen de matronas por el R. D. de 10 Agosto de 1904 y editado por José Espasa.

Carnet de Matrona de Ana, perteneciente al archivo de la familia Serrano.

Profesión

Ana comenzó a trabajar para el Ayuntamiento de Tarifa a la edad de 37 años, en el año 1908. Fue comadrona titular del Ayuntamiento, asalariada para dicho cargo con la función de atender en los partos a todas las mujeres de Tarifa y de su campiña. Cuando se jubiló continuó su hija Lola y entre madre e hija estuvieron parteando desde principios de siglo hasta el año 1965. Por lo tanto toda la población de Tarifa de esa época nació bajo las manos expertas de esas dos mujeres entregadas a su trabajo.

Las condiciones laborales de Ana eran muy duras, nunca tuvo vacaciones ni horario, ya podía ser de noche o de día Ana tenía que estar preparada para ejercer su profesión. En la campiña las condiciones llegaban a ser extremas, algunas mujeres se trasladaban al pueblo cuando se aproximaba la hora del parto, siempre que sus familias o amistades poseyeran un cuartito o una vivienda humilde en el pueblo (en alguna ocasión Ana les cedía una alcoba de su casa). En la posada de Francisco Ruiz Téllez (Curro "zacero"), se llegó a habilitar más de una vez un rincón para alguna persona allegada que se encontraba en el trance de dar a luz. Sin embargo no siempre las mujeres podían trasladarse al pueblo y en ese caso Ana tenía que dirigirse al lugar en burro o en mulo sin tener en cuenta las dificultades del camino ni la climatología y sabiendo que si el parto se prolongaba tenía que pernoctar en el lugar.

Los partos difíciles era tratados conjuntamente con los diferentes médicos titulares de Tarifa como eran los doctores Benigno Espinosa Molina o Agustín Irigoyen y Pérez-Rendón

Ana se jubiló en el año 1955 después de 47 años de servicios.

Referencias

  1. MUÑOZ RUIZ, Mariluz y MONTANO REINÉ, Mercedes: "El siglo de las comadres", Tarifa, la Voz de un Pueblo 72 (1998) pp. 19-21. Hemeroteca Histórica de Tarifa