Cementerio Santo Cristo de las Ánimas

El cementerio de Tarifa tiene el nombre de Santo Cristo de las Ánimas.

Cuadro de "El Bautismo de Jesús" en la iglesia de San Mateo.

Historia

el primer cementerio público que tuvo Tarifa se llamaba del Santo Cristo de la Piedad, levantado en 1814 junto a la ermita de San Sebastián, situado en la actual avenida de Andalucía. Su cercanía a la población exigió, que pasado el tiempo, fuera desplazado a las afueras de la ciudad, donde actualmente se encuentra.

En el año 1916, hace ahora un siglo, se abrió el nuevo cementerio al que se le dio el nombre de Santo Cristo de las Ánimas.

Años después, en 1931, durante la Segunda República, se trasladaron los restos del antiguo al nuevo cementerio, quedando aquel definitivamente cerrado. No parece que se trasladaran todos los restos, porque cuando se preparó el terreno para edificar lo que sería la fábrica de conservas de Feria salieron muchos huesos al remover el terreno.

El edificio

La entrada al cementerio presenta una fachada sencilla con una gran puerta rematada de arco de medio punto y provista de una cancela de hierro, la parte superior se remata por una estructura acabada en un arco elíptico que soporta una cruz de piedra. Dos inscripciones en cerámica indican el año de su inauguración y el nombre de Santo Cristo de las Ánimas.

A ambos lados de la entrada se encuentran dos edificaciones sencillas de una sola planta con tejado de tejas; ambas están destinadas a almacén y habitáculos de trabajadores.

Tras la entrada hay un zaguán que comunica directamente con el recinto.

Capilla

Pasado el zaguán de entrada al cementerio, justo enfrente se encuentra una capilla, con fachada de sillares y ladrillos.

Sobre su puerta de dintel cuadrado se encuentra un ventanal de arco de medio punto que en su parte superior se vuelve apuntado y que soporta otra cruz de piedra. En el dintel de la puerta lleva la inscripción latina: EGO SUM RESURECTIO (?) ET VITA, o sea «Yo soy la resurrección y la vida», palabras que pronunció Jesús frente a la tumba de Lázaro.

El interior de la capilla es reducido y sus paredes están decorados con un zócalo de azulejos. A ambos lados hay ventanas de medio punto y al frente el altar.