Diferencia entre revisiones de «Enseñanza en Tarifa en el siglo XVIII»
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Revisión del 15:18 29 may 2020
La Enseñanza en Tarifa a principios del siglo XVIII se encontraba en condiciones lamentables." Festividad de la Batalla del Salado en el Siglo XVIII", Puerta de Jerez 49 (2017) 16-17 </ref>
Documento
En el archivo de protocolos notariales de Algeciras hay una escritura en la cual el presbítero tarifeño Juan López de Morales da cuenta en 1729 de la pésima situación escolar en que se encontraba la ciudad de Tarifa a principios del siglo XVIII.
Situación de la enseñanza
Las condiciones que se relatan en dicha escritura son las siguientes:
La escuela estaba clausurada por no disponer el Ayuntamiento de asignación para el maestro, ni lugar para la enseñanza. A duras penas sobrevivía un maestro en la ermita de San Bartolomé, lugar que servía de hospital y cementerio, totalmente inadecuado para la presencia de niños.
Mejoras
Por ello Juan López de Morales solicitó y obtuvo permiso en 1713 para construir una escuela de primeras letras en un solar que fue alhóndiga, sito en la Plaza Nueva, «que por una parte alinda con la Cárcel Real de esta ciudad y por la otra con la Puerta que sube a la Jaranda».
De esta manera el cura instituyó una fundación con patronos propios de la ciudad para perpetuar la enseñanza a los menores de Tarifa. Entre las condiciones a cumplir por el magisterio de dicha escuela, destacan que la casa se destinaría solo a escuela para aprender a leer, escribir, contar y enseñanza de la doctrina cristiana y para habitación para el maestro en la planta superior.
Otra condición era que el maestro debería tener especial cuidado en que los niños fueran a la escuela lavados y peinados «con el aseo y decencia que se requiere».
En cuanto a la remuneración no podía cobrar más de 24 cuartos al mes por escribir y contar y 16 cuartos por leer; enseñando sin recibir estipendio alguno de los niños pobres que le señalare el cura de su parroquia.
Condición también de esta fundación era que en la octava de la Concepción de María se colgara cuadro de la Virgen pagado por el otorgante con los adornos correspondientes y por la tarde salieran el maestro y los niños en procesión cantando las alabanzas con estandarte, cruz y faroles.